Segunda Entrega

  “Cuando los españoles conquistaron la Península descubrieron que había grandísimas cantidades de él (Palo de tinte) en toda la costa de Yucatán, tanto en los lugares donde había ciénagas, como tierra adentro… Había arboles de diez brazos de alto y el grueso de una pipa, que podían producir hasta cuarenta o cincuenta quintales de madera tintórea: de otros no se podía sacar más de tres o cuatro quintales, mas eran tan numerosos que hubiera sido necesario infinidad de navíos y crecido número de años para cortar y explotar el palo de tinte que había desde la laguna de términos hasta el cabo Catoche”.

Al recuperar la corona española, la región de laguna de términos, de la dinámica pirata, se da continuidad a la explotación del palo de tinte y la Isla, ya en manos de la Nueva España, se ubicó como puerto de embarque no solo del palo de tinte sino de las maderas como el cedro y la caoba. El poblamiento de esta región, fue propiciado por la atracción económica que generó la región, fue también impulsado por los procesos de sometimiento y dominación de la fuerza de trabajo que se emprendieron en particular en el norte y centro de la península de Yucatán, generando con ello un movimiento de población que al huir de los hacendados yucatecos fue a caer en manos de los hacendados campechanos y carmelitas. 

Nos dice (SHIELS ARTURO “El Partido del Carmen”. La Muralla. 1979. Pag. 103) que el palo de tinte ni se sembraba ni se cultivaba, sino que solamente era cortado donde se producía naturalmente.

Formas de posesión de la tierra

La fundación de sitios, ranchos y haciendas en el partido del Carmen se inició desde el año de 1774 con la hacienda ganadera de San José de la Victoria. Sin embargo, hay datos que indican que la primera licencia para establecer un espacio de terreno del cual extraer palo de tinte fue otorgada en 1751.      En un principio el Virrey de la Nueva España otorgó permisos gratuitos para la extracción del palo de tinte sin que esto significara un derecho de posesión sobre el terreno, sino únicamente un derecho para cortarlo y comercializarlo. El propietario de la licencia tenía que pagar por la expedición de los permisos para transportar los palos de la zona de explotación al embarcadero, tres pesos si los conducía en balandra, paquebot o goleta de tres palos. El dinero recaudado se dividía en partes iguales entre el gobernador y el pagador, por el trabajo que se tomaba por expedir los permisos.

Las haciendas de la región del palo de tinte y los trabajadores

 La vida de estas unidades productivas transcurría alrededor de la crianza del ganado y el corte de palo de tinte, siempre bajo un sol inclemente y temperaturas promedio de 29 grados; una humedad a veces refrescante y otra que carcomía los huesos.

Para mediados del siglo XIX el medio ambiente de la región ya había sido modificado por la mano del “homo depredatorus”, pues como lo testificó el entonces Jefe Político del Partido del Carmen, para el año de 1853 ya habían desaparecido los magníficos tintales de las orillas del rio Champotòn y desapareciendo estaban los de las orillas de la Laguna de Términos, a pesar de que la naturaleza había permitido que abundara este tipo de árboles en casi todos los bosques.  De hecho, el surgimiento de nuestro espacio, como región geoeconómica, fue resultado del agotamiento de los tintales de la costa campechana y de las riberas del rio Champotón que fueron explotados por los españoles en la Colonia.

A la desaparición del tintal contribuyó la extensión dada a los cortes, el dilatado tiempo que se necesitaba para su crecimiento, no menor de 20 a 25 años, y los incendios anuales de las praderas que suelen invadir los bosques de esta planta.   La abundancia de los tíntales y la gran demanda europea de colorantes fueron las razones de en 1852 se dijera que “la industria del Partido del Carmen ha consistido en todo el tiempo en el corte de palo de tinte, como único ramo a que sus habitantes se habían dedicado”. (DEL ROSARIO GIL, JOSE. OP. CIT. AG. 58.) (Pag. 25, 28, 29).

Esta vida de palos, diría Gabriel González Mier, conformó una sociedad exclusivamente extractora de recursos naturales, sin aspiraciones más elevadas (como el arte), que la mercantil.

Fuentes:

Claudio Vadillo, en su libro “La región del palo de tinte: el partido del Carmen, Campeche. 1821-1857.

Luis Fernando Álvarez Aguilar, DICCIONARIO ENCICLOPEDICO ILUSTRADO DE LA LAGUNA DE TERMINOS, TOMO III

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